Sientes que todo va bien con tu vida, y lo conoces.
Y crees que entonces nada estaba bien hasta ahora.
Y todo cambia de color.
Y la vida ya no es la misma.
Y quieres pasar cada minuto con él.
Y quieres reírte de la gente que te pasa por el lado con él.
Y la gente tampoco es la misma.
Y cada plato sabe diferente.
Y te despiertas con el pie adecuado todos los días.
Y te alegra que vives.
Y amas cada momento en que sonríes por su culpa.
Y te preguntas cómo pasaste tanto tiempo viviendo erróneamente.
Y no hay respuestas, porque no las necesitas.
Y te gusta el sonido de la lluvia.
Y te gusta también que el sol queme tu piel.
Y todo está bien.
Todo está en su lugar.
Y un día ya no está.
Y vienen las dudas.
Y vienen las preguntas.
Y vienen los mensajes vacíos.
Y vienen respuestas que antes no querías tener.
Y todo te recuerda a los días soleados.
Y todo es lluvia.
Y quieres retener el agua en tus manos pero no puedes.
Y aunque te quieres reír con él, sabes que no está.
Y todo sabe a su sonrisa.
Y todo lo ves con sus ojos.
Pero no hay nada que puedas hacer, no hay nada que puedas decir.
Y el minuto que pensabas perfecto se terminó.
Y sigues con tu vida porque no hay otra opción.
Y crees que te va a gustar el sol de nuevo, y los platos, y la música, y las películas, y esos días que eran de él pero ya no lo son.
Y sigues con tu vida.
No hay otra opción.
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